Palomitas

¿Nunca les pasaba de pequeños que cuando cogían palomitas en el cine, se las acababan durante los trailers y para cuando empezaba la película ya no había palomitas en el cartón?

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Con el tiempo fui calculando las cantidades y los tiempos y refrenando mis ansias de zampar palomitas mientras no empezaran los créditos y no nada mas aparecer el rótulo de Movie Record con su legendaria sintonía que muchas personas de una determinada generación llevamos en el corazón.

Actualmente las palomitas llegan hasta al menos el final de los primeros veinte minutos de la película. Aunque no se si la responsable es la mesura que hemos alcanzado a la hora de comérnoslas o directamente son los nuevos tamaños y “menús” de bebida y palomitas extra-grandes y gigantes; cantidades que dejan la lengua como la suela de un zapato y llenan la vejiga en tiempos record. La verdad es que es un claro caso del exceso por el exceso ¿Quién necesita comer tantas palomitas o beber tanta coca-cola por las que vas a pagar un precio –fríamente calculado por instancias empresariales- igual que el de la entrada del cine (ya de por si exorbitada)?

Y es que los anuncios de próximos estrenos hay veces que son mejores que la propia película. El trailer es un arte en si mismo y hay algunos emocionantes. Aunque también tienen sus propios topicazos y frases mas que conocidas que suelen ser “Un hombre… en un mundo…” o “Este verano”, “No se qué pictures les invita a sumergirse en una aventura…”.

Fabuloso. Pese a las películas malísimas que nos inundan, ir al cine es todo un ritual pagano.