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Puente romano de Bujaruelo | Clara Martínez |
Cuando hablamos del Pirineo solemos pensar en el Parque de Ordesa y Monte Perdido, pero hay otros muchos rincones por descubrir como puede ser el Valle de Bujaruelo. A éstos, pese a ser reservas naturales colindantes, son muchos aspectos los que los hacen diferentes.
Bujaruelo tiene un encanto especial: un puente romano; un hospital y una iglesia en ruinas, tras las numerosas guerras con los vecinos franceses; el nacimiento de un río, el Ara; vacas que nos acompañan en cada uno de nuestros paseos; cascadas espectaculares…
Las excursiones por los valles de Otal, Ordiso, el ibón de Bernatuara, la frontera natural con Francia y los refugios perdidos de pastores son aventuras difíciles de olvidar. En fin, en este valle merece la pena llenar los pulmones de aire puro para cuando volvemos a la realidad de la ciudad: humos, calor sofocante…
Por suerte, el Pirineo lo tenemos tan sólo a 2:30 horas en coche desde Zaragoza, y las carreteras no tienen las mismas aglomeraciones que las que hay cuando vamos rumbo al mediterráneo.