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Los soportales de Ainsa | JOSÉ ANTONIO DUCE |
Los soportales son los protagonistas de la última entrega del fotógrafo José Antonio Duce. Con esta típica estampa rural del pueblo de Aínsa, el artista continúa recorriendo las villas altoaragonesas con la serie “Aragón en mi recuerdo”.
Llueva, nieve o haga sol. Los soportales son el mejor cobijo para el ciudadano de a pie, ya busque abrigarse del viento, refrescarse a la sombra o protegerse de la tormenta, pero esa no es su única función. En Aínsa, años atrás, estos soportales también hacían de prensas comunitarias en las que se realizaba la prensa de la uva.
Esta villa altoaragonesa, situada en el alto Pirineo, es el centro neurálgico de la Comarca del Sobrarbe, un punto estratégico para el comercio y la comunicación desde la Edad Media. En la imagen, el genial fotógrafo Duce retrata a un habitante de avanzada edad acompañado de dos burros que observan imperturbables desde el fondo de los soportales al objetivo de la cámara. En cada arco, descansan palas, cestas de mimbre y fajos de leña, prueba irrefutable de que nos encontramos ante un pueblo que aún se nutre de la agricultura y la ganadería.
Con tan solo 1.200 habitantes, esta pequeña localidad acoge a miles de personas el último domingo de agosto, fecha en la que se celebra “la Morisma”, una representación teatral de la reconquista que llevaron a cabo los cristianos cuando la villa cayó en mano de los moros. Cuenta la leyenda que su victoria no hubiera sido posible de no ser por la cruz que apareció encima de una carrasca e infundió valor al ejército cristiano, una cruz que tomó forma permanente cuando, años después, la construyeron los conquistadores de Aínsa.