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Junto al Templo del Pilar son retratados el abuelo con su nieto | José Antonio Duce |
El magnífico fotógrafo José Antonio Duce, en su serie de la Zaragoza de hace cincuenta años, nos hace viajar en esta ocasión a 1968 y lo hace para enseñarnos una entrañable estampa familiar. Un abuelo es fotografiado junto a su pequeño nieto en la Plaza del Pilar de la capital aragonesa.
La Plaza del Pilar ha sido, es y será la principal referencia turística de la ciudad de Zaragoza. Todo el que visita la capital del Ebro, venga de Madrid o de la China, hace una parada obligada en la segunda plaza más grande de Europa. Y es que, en todo el viejo continente, tan solo la Plaza Roja de Moscú supera en superficie a la nuestra.
Pero no solo son turistas los que cada día caminan por ella. Cualquiera que se haya criado en Zaragoza habrá dado seguramente más de un paseo entre las palomas que siempre pueblan el escenario frente a la Basílica de Nuestra Señora del Pilar. Esta situación se refleja perfectamente en esta instantánea de Duce. El Templo del Pilar ofrecía por entonces el mismo aspecto y las palomas ya no son las mismas, pero lo parece. Lo que también permanece es esa costumbre de la gente de transitar por los emplazamientos más emblemáticos de su ciudad.
Al fondo de la imagen, mientras varias chiquillas juegan y dan de comer a las palomas, los más mayores disfrutan del típico caminar a paso tranquilo. Ya en primer plano, se puede observar una entrañable estampa familiar. Un abuelo sujeta el antiguo pero por entonces moderno carrito de bebé de su nieto, mientras ambos son fotografiados. Una imagen que no por ser cotidiana deja de ser bella.