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| El artista José Noguero | |
Alrededor de 50 esculturas, fotografías, dibujos, acuarelas, proyecciones y vídeos componen esta obra que puede visitarse, en la Sala Luis Buñuel del Edificio Paraninfo, hasta el próximo 20 de julio.
El Paraninfo ha estrenado este martes una nueva exposición “Nada es estatua”, del artista aragonés José Noguero (Barbastro, 1969). Se trata de una reflexión sobre el estatuto de la imagen a través de una selección de, alrededor, de 50 obras (fotografías, esculturas, pinturas acuarelas, dibujos y videos) realizadas por quien en la actualidad es uno de los artistas aragoneses de mayor proyección internacional.
Con esta nueva exposición, coinciden en el tiempo y en el espacio del Edificio Paraninfo dos proyectos cuyos protagonistas, aunque separados por un lapso de más de cien años, poseen un nexo común: su experiencia artística en Roma. La salas Goya y Saura acogen la muestra colectiva “Escuela de Roma. Pintores aragoneses en el cambio de siglo”, y la sala Buñuel la exposición individual de José Noguero “Nada es estatua” que recoge obras realizadas por el autor durante su estancia en Roma, como becario de la Real Academia de España.
Son precisamente las obras que José Noguero ha realizado durante esta segunda estancia en Roma -dibujos y fotografías de las imágenes que previamente ha modelado a partir de esculturas griegas, romanas y barrocas- las que abren el itinerario que se propone en esta exposición. Junto a ellas se presenta una secuencia de fotografías, esculturas, pinturas, acuarelas, dibujos y vídeos, realizados por Noguero en diferentes momentos de su trayectoria, con la intención de incidir en aquello que más le interesa: aprender, investigar, conocer y ejercitar la mirada; también la del espectador, de quien reclama una participación activa. Para pensar, que no otro es el objetivo del Arte.
La selección de fotografías, esculturas, pinturas, dibujos, acuarelas y vídeos que componen “Nada es estatua” dan expresión del interés de José Noguero por los mitos y leyendas del cuerpo esculpido, y por el valor de lo imaginario y de lo simbólico.
