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Celebración de la gala |
Se trata del evento jotero más importante en España, con la participación de 70 cantadores y bailadores. Los fondos recaudados con el espectáculo se destinarán a la Asociación de Minusválidos Bílbilis de la ciudad
La Peña Cuna del Cachirulo de Calatayud, con la colaboración del Ayuntamiento de la ciudad y de la Diputación Provincial de Zaragoza, ha organizado la tradicional Gran Gala de Jota Navidad es Amor. Se trata del evento jotero más importante a nivel nacional, que se lleva celebrando 28 años en la ciudad bilbilitana y que además persigue fines sociales. Un total de 70 cantadores y bailadores llegados desde toda España se han subido al escenario del Teatro Capitol para interpretar un amplio repertorio de jotas durante toda la mañana. Ahora, el dinero recaudado con el espectáculo se destina a la Asociación de Minusválidos Bílbilis (Amibil). Todas las localidades del Teatro se han ocupado y entre el público también se encontraban el alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, junto a gran parte de la corporación municipal, y el director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Humberto Vadillo.
La peña bilbilitana Cuna del Cachirulo organiza la Gran Gala Benéfica de Jota Navidad es Amor desde su fundación hace 28 años. Esta edición cuenta con la participación de 60 cantadores y diez bailadores, todos ellos procedentes de Aragón y de las Casas que representan a esta comunidad en otros lugares, como Madrid, Valencia o Valladolid. “Es la mayor gala jotera que se hace en todo el mundo, no hay otra donde se junten tanta cantidad y tanta calidad de voces”, ha asegurado el presidente de la peña organizadora, José Antonio Ortiz. Desde la entidad han explicado que se dedican íntegramente a trabajar en pro de la jota, pero que con este acto “también queremos dedicarnos a Amibil, que es una causa muy bonita”.
El alcalde de Calatayud ha estado de acuerdo con estas palabras y ha querido felicitar a Cuna del Cachirulo por “la doble función que desempeña, en el ámbito de difusión del folclore, a través de la jota, y por el importante sentimiento de solidaridad que demuestra”. Por otra parte, Aranda también ha alabado la labor que desempeña Amibil y ha asegurado que “el Ayuntamiento va a seguir colaborando en su proyecto más importante, la residencia para discapacitados”. El Consistorio ha destinado recientemente la mitad de una herencia recibida (30.000 euros) a esta causa y hoy el primer edil ha afirmado que “aunque estamos pendientes de la colaboración de otras instituciones, el objetivo es que en tres o cuatro años el proyecto vea la luz, porque es una obligación de la sociedad con estas personas”. Además, el Ayuntamiento bilbilitano va a prestar apoyo a Amibil con otra acción a corto plazo, le cederá el quiosco de la plaza del Fuerte para que exhiba y venda los productos artesanales que elaboran sus usuarios en los talleres.
Por su parte, el director general de Cultura de la DGA ha calificado la gala como “un acto fantástico” y ha considerado que la relevancia del evento y la del fin que persigue “son algo que hay que apoyar”. Además, Vadillo ha querido destacar el valor de difundir la jota, “que es algo muy nuestro y de lo que todos estamos muy orgullosos, por eso se acaba de proponer como un bien patrimonial”. El director general también se ha referido a “la importante vida cultural de Calatayud” y a su “arte mudéjar, que es otra seña de identidad para toda España” y ha asegurado que ambos la convierten “en una ciudad importe a nivel de Aragón”.
Agradecimiento
Tras recibir un cheque simbólico de la cantidad recaudada con la gala, el presidente de Amibil, Daniel Arias, ha alabado la labor social y artística de la peña organizadora y ha agradecido la colaboración de Ayuntamiento de Calatayud y DPZ. Según ha explicado, “esto supone un grano más para nuestro proyecto estrella, la residencia”.
Actualmente, la asociación desarrolla una importante labor en la comarca, contando con 80 familias asociadas, prestando servicio a 60 personas con el taller ocupacional y a otras 40 con el servicio de psicopedagogía y dando empleo a 15 trabajadores. “Necesitamos la residencia porque es lamentable que haya personas que no se puedan quedar en Calatayud y sufran el desarraigo de irse. Es un palo psicológico para el que tiene que marcharse y para el que se queda y ya no está en condiciones de cuidarlo”, ha comentado Arias.