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El mercado está totalmente reformado | Daniel Marcos |
La rehabilitación del edificio abre una nueva etapa de funcionamiento con una filosofía de ventas más dinámica y capaz de dar una respuesta global a las demandas de los clientes.
El Mercado San Vicente de Paúl ultima los preparativos para volver a la actividad comercial a mediados de abril, después de la rehabilitación que ha experimentado a través del Fondo de Inversión Local (FEIL) de 2009, que ha supuesto una inversión de 2,3 millones de euros y ha servido para mejorar y modernizar la estructura del edificio y para abrir una nueva etapa en la concepción y gestión de los mercados públicos. Los trabajos, que se adjudicaron a la empresa Ferrovial Agroman SA comenzaron en abril de 2009 y finalizaron, de acuerdo a los plazos previstos por el FEIL en diciembre del año pasado.
Desde ese momento, y de acuerdo con los detallistas -que durante las obras han continuado con sus ventas en el mercado de San Lorenzo -se ha procedido a habilitar y amueblar los puestos, y a preparar los espacios de la galería comercial y el supermercado, que van a compartir oferta tras la reforma del edificio.
El proyecto de remodelación se ha llevado a cabo tras dos estudios preliminares realizados por Mercazaragoza: Uno, en el año 2006, que sirvió para adaptar la actividad a la normativa técnico- sanitaria, y otro, de 2008, que buscó fórmulas para garantizar el éxito en el relanzamiento comercial del centro municipal de abastos, ya que justo antes de iniciar los trabajos de modernización, el mercado contaba únicamente con 18 puestos en activo, manteniendo cerrada el resto de la superficie. El edificio del mercado San Vicente de Paúl, ubicado en la calle del mismo nombre, data de 1945 y su diseño se debe a los arquitectos municipales Yarza y Beltrán, que complementaron este centro de venta con oficinas municipales y viviendas anexas. El mercado ya experimentó una primera reforma en 1980, de acuerdo a un proyecto de la también arquitecta municipal Elvira Adiego, que en aquel momento apostó, entre otras cuestiones, por la introducción de cámaras frigoríficas y montacargas.
En el segundo proyecto de reforma que acaba de concluir, se ha procedido a reponer el forjado que se demolió en los años 80, recuperando la fisonomía inicial del edificio y aumentando la superficie para los detallistas y el número de puestos, que ha pasado de 18 a 22. De esta manera, la superficie del inmueble alcanza los 1.292,85 m2. Las obras han permitido adaptar las plantas a la normativa municipal, adecuando el ancho de los pasillos comerciales y las dimensiones mínimas de los puestos comerciales, además de eliminar barreras arquitectónicas, sectorizar el edificio contra los incendios y adoptar medios de detección, incrementando la seguridad del inmueble. La luminosidad del nuevo mercado también llama la atención, tanto por el acondicionamiento de la cúpula central, que aporta luz natural, como de la iluminación eléctrica mediante leds. En esta nueva etapa del mercado, predomina el color rojo en las instalaciones y la presencia de acero inoxidable y vidrio. Además, los pavimentos, en los que también impera el tono rojizo, son de resinas de metracrilato; un material, resistente, de fácil mantenimiento y limpieza.