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Visión de Duce de la Fuente de los Incrédulos | JOSÉ ANTONIO DUCE |
La Fuente de los Incrédulos, del siglo XVIII, debe su curioso nombre a que, cuando Ramón Pignatelli comenzó a construir un canal que uniría el Cantábrico con el Mediterráneo (el Canal Imperial de Aragón), fueron muchos los que se rieron de la idea. Cuando las aguas llegaron a Zaragoza, el ilustrado ordenó levantar una fuente para celebrarlo. Por ello, una inscripción de la misma reza: “para convencimiento de los incrédulos y alivio de caminantes”.