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Cartel de la Película |
Enrique Urbizu y Helena Miquel, director y actriz de la película, participarán en un coloquio a las 20 horas en el Paraninfo. Previamente, a las 19 horas en el mismo lugar, mantendrán un encuentro con los medios de comunicación
La Buena Estrella, el ciclo de coloquios organizado por el Vicerrectorado de Proyección Cultural y Social de la Universidad de Zaragoza, inicia este jueves una nueva temporada con Enrique Urbizu y Helena Miquel, director y actriz de «No habrá paz para los malvados». Esta será la sesión 101 del ciclo y el coloquio, con entrada libre y moderado por Luis Alegre, tendrá lugar a las 20 horas en el Paraninfo. Previamente, a las 19 horas en el mismo lugar, Urbizu y Miquel mantendrán un encuentro con los medios de comunicación.
«No habrá paz para los malvados» se estrenó en los cines el pasado viernes, después de su gran acogida en el Festival de Cine de San Sebastián. La cinta es, según su director, una película de cine negro contemporáneo cuyo protagonista, Santos Trinidad (José Coronado), es un inspector de policía de unos 50 años que, tras haber fracasado en lo personal y en lo profesional, inicia un camino de expiación a sangre y fuego. Los personajes de la película podrían ser calificados de anónimos, ocultos, errantes. Unos personajes que habitan en el caos y cuyos pecados deciden nuestros destinos y conforman nuestro orden.
Enrique Urbizu debutó en el cine con la comedia «Tu novia está loca», género en el que insistió en «Cómo ser infeliz y disfrutarlo» o «Cuernos de mujer». Sin embargo, sus mayores éxitos los ha cosechado con el cine negro, un género muy poco frecuentado en el cine español y al que él ha aportado títulos como «Todo por la pasta» o «La Caja 507». En 2003 estrenó «La vida mancha», una de las películas más inquietantes del cine español del siglo XXI.
Helena Miquel, por su parte, interpreta a la juez de la historia y ha sido la gran revelación de la película. Es la cantante del grupo musical barcelonés Facto Delafé y las Flores azules y este ha sido su primer personaje protagonista, después de interpretar pequeños papeles en películas como «El idioma imposible», de Rodrigo Rodero.