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Cámara de Comercio |
“Optimice los procesos de corte para aprovechar al máximo las planchas y barras metálicas”, “es conveniente utilizar pintura en polvo ya que apenas contiene disolventes orgánicos” o “identifique los componentes que sean reutilizables” son algunos consejos de la guía de buenas prácticas medioambientales que la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza ha editado, con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, para el sector de la fabricación de componentes del automóvil.
Más de 325 empresas integran el sector de la automoción en Aragón, la industria con mayor peso en las exportaciones de la comunidad autónoma (más de 1.280 millones de euros entre enero y abril de 2007), de las que 157 se dedican a la fabricación de componentes, la mayoría de ellas pymes. Para la elaboración del manual se han tenido en cuenta el mercado de los componentes originales y el de los recambios, así como la amplia variedad de subsectores que componen el sector: desde los amortiguadores a los cojinetes en frío, pasando por mecanismos de carrocerías, tapicerías o respaldos de asientos.
Procesos
El manual recoge una amplia lista de buenas prácticas que las empresas de componentes de automoción pueden aplicar en el proceso de producción: cómo reducir el consumo de recursos, ruido, aguas y residuos; cómo mejorar el respeto de la atmósfera y los suelos y cómo almacenar y manipular sustancias peligrosas. La guía, que también incluye abundante información legislativa, direcciones de interés y un glosario de términos, cuenta además con unas recomendaciones generales para el sector.
Desde el punto de vista ambiental, el automóvil es un producto que contamina durante el proceso de fabricación, durante su periodo de utilización, y sigue contaminando cuando queda fuera de uso. El proceso de fabricación de automóviles y de sus componentes es el que menos problemas ocasiona debido a que la actividad empresarial está sometida a un importante control normativo y a un cada vez mayor control de sus residuos.
Autoevaluación
La guía de buenas prácticas medioambientales para los componentes de la automoción incluye un sencillo instrumento de autoevaluación para que las empresas hagan una valoración general del grado de implantación de las buenas prácticas recomendadas. En función del resultado se recomienda aplicar planes de formación y sensibilización para el personal o tener en cuenta las novedades en la materia que requirieran una adaptación en los procesos de la empresa.