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Vista aérea de la carretera de Madrid |
La carretera de Madrid se va a transformar en una vía urbana, eliminando los pasos a distinto nivel y los fuertes taludes que existen en sus márgenes, de manera que se favorezca un acercamiento entre los barrios de Oliver, Valdefierro y Delicias. El proyecto, incluido en las obras del Fondo Estatal de Inversión Local, tiene un presupuesto de 3,2 millones de euros, y un plazo de ejecución de 7 meses.
Las obras, que comienzan este martes, han sido adjudicadas a la empresa Mariano López Navarro y generarán trabajo para 146 personas.
Los trabajos previstos en la conexión de la carretera de Madrid con el Corredor Verde forman parte de las obras de la segunda fase de gran paseo que se levanta sobre el trazado de la antigua línea de ferrocarril Zaragoza- Teruel-Valencia y que enlaza los barrios de Valdefierro, Oliver y Delicias. La ejecución con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local aporta más racionalidad a la intervención, ya que separa la actuación en el vial del resto del proyecto, que se orienta al reverdecimiento del eje ferroviario.
El tramo de la carretera de Madrid objeto de actuación tiene 900 metros y se extiende desde el entronque con Vía Hispanidad hasta pasados 100 metros de la avenida de Valdefierro. En la actualidad, presenta las características de una vía interurbana, con dos calzadas de 7 metros de anchura y dos carriles en cada sentido, además de los arcenes.
Los suelos que lo jalonan están escasamente urbanizados, carecen de aceras para el uso peatonal en la mayor parte del trazado, e incluso están separados por fuertes taludes.
De manera más precisa podemos diferenciar dos zonas bien distintas, separadas entre sí por el Corredor Verde. De una parte se encuentra la zona de la carretera de Madrid situada entre el Corredor y Los Enlaces, que tiene un carácter más ciudadano, con suelos urbanos y residenciales y aceras. Además, en este sector de la carretera de Madrid desembocan varias calles con tráfico rodado, como las de Pilar Miró, Mosén José Bosqued y Jarque de Moncayo, que, como viales urbanos que son, están regulados por semáforos.
El perfil longitudinal de esta arteria presenta una apreciable pendiente conforme nos acercamos hacia la antigua línea férrea Zaragoza -Caminreal, que era precisa para salvar el gálibo del ferrocarril. Esta situación provoca taludes importantes en los márgenes de la carretera.
La segunda zona diferenciada que encontramos en la actual carretera de Madrid es la situada entre el Corredor Verde y el acceso a Valdefierro, que está rodeada de suelos urbanos consolidados y no consolidados de uso residencial y de equipamientos. Esta zona no dispone de aceras. En este sector de la carretera confluyen varias calles semaforizadas y diversos accesos a parcelas industriales. También presenta importantes terraplenes.