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El número de celíacos en Aragón se ha duplicado en los últimos seis años. Este incremento se debe al diagnóstico precoz, ya que la comunidad médica ha empezado a ver que la celiaquía se esconde detrás de otros muchos síntomas y que el adulto también puede desarrollar la enfermedad. En la Comunidad Autónoma, la diferencia en la cesta de la compra entre un celíaco y una persona que puede comer gluten es de 29,88 euros semanales. Una cantidad demasiado elevada para ser alimentos de primera necesidad. Actualmente, los celíacos no tienen dificultad en encontrar alimentos acordes a su dieta. El verdadero problema es pagarlos.
Durante muchos años, la Asociación Aragonesa de Celíacos ha trabajado para que estos enfermos no encuentren dificultad a la hora de conseguir productos sin gluten. Eso sí, uno de los mayores problemas es descubrir qué alimentos generales son aptos para ellos, ya que por esa información tienen que pagar. La dietista de la Asociación Aragonesa de Celíacos, Noelia Panillo, ha señalado que “nosotros editamos una lista de alimentos aptos para celíacos a nivel nacional donde los fabricantes nos certifican que los productos de sus marcas no tienen gluten. Para saber qué alimentos son estos hay que asociarse y hay que pagar una cuota porque sólo con la lectura del etiquetado no llega a ser suficiente la información que el celíaco tiene sobre ese alimento. La realidad es que tengo que pagar para saber qué alimento puedo comer. En Aragón se paga 50 euros al año”.
Una compra sin gluten le cuesta a un celíaco 43,33 euros. Por el contrario, los mismos alimentos pero con gluten cuestan 13,45 euros. La diferencia de precio se debe a que el alimento sin gluten es un producto dietético por el cual los celíacos pagan un 8% de IVA. “La producción de los alimentos para celíacos es muy cara, es como un medicamento. No podemos comprar cualquier pan, ha de ser harina muy controlada para que no tenga gluten porque las harinas se contaminan fácilmente. Normalmente en un molino se comparte trigo y maíz y nosotros no podemos comer trigo. La harina de maíz suele estar contaminada, con lo cual necesitamos un molino exclusivo y que las harinas estén muy vigiladas desde el primer momento. Además, somos un cliente cautivo. O lo compras o lo compras”, ha señalado Panillo.
La Asociación de Celíacos de Aragón cuenta en la actualidad con 1.350 miembros o familias asociadas. Hasta hace 20 años, se pensaba que era una enfermedad infantil, pero hoy en día se puede diagnosticar a cualquier persona y además se ha comprobado que hay desencadenantes en la edad adulta que hacen que se desarrolle. “Hay personas que tiene síntomas, pero que nadie asocia con una enfermedad celíaca. Suelen tener descomposiciones, muchas diarreas, infertilidad, osteoporosis, fibromialgia, dermatitis, problemas de piel, depresión, cansancio…”, ha indicado Noelia Panillo.
Aún así, sigue siendo una enfermedad infradiagnosticada, ya que la prevalencia es que uno de cada cien europeos pueden ser celíacos y de momento son uno de cada 800. Todo ello se debe a la difícil detección de esta enfermedad. La dietista de la Asociación ha explicado que “cada nuevo celíaco es un éxito. Hay personas pueden estar enfermos hasta 20 años. Los médicos descubren que son celíacos y al paciente le supone un alivio”.
Desde la Asociación piden al Gobierno de Aragón ayudas para sobrellevar el gasto de estas costosas dietas. Al haberse duplicado el diagnóstico en Aragón también se ha duplicado el número de socios.