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Fuente de Los Incrédulos | JOSÉ ANTONIO DUCE |
El fotógrafo José Antonio Duce, en su serie de imágenes sobre la Zaragoza de los años 50, nos muestra, a través de su objetivo, la fuente de Los Incrédulos. La primera en que abasteció de agua a la capital aragonesa.
En el siglo XVIII los zaragozanos no creían que el agua del Ebro pudiera llegar hasta Casablanca. Por eso, cuando se terminó de construir el Canal Imperial de Aragón, y las aguas del río llegaron al barrio, Pignatelli mandó edificar esta fuente.
Duce muestra en esta fotografía a un joven bebiendo agua, gracias al cual se puede apreciar la magnitud de la obra. Propiedad de la Confederación Hidrográfica del Ebro, se sitúa en lo que hoy día es la Vía Ibérica. Levantada en 1789, de estilo neoclásico y esculpida en piedra blanca, es la prueba del éxito de la idea de Ramón Pignatelli. “Para convencimiento de incrédulos y alivio de caminantes” reza en latín la placa identificativa.
El Canal Imperial debía unir inicialmente el Cantábrico con el Mediterráneo como vía de navegación, tráfico de mercancías, así como para garantizar el riego y el suministro de agua en la Ribera Alta del Ebro. La época dorada del Canal llegó tras su construcción, a finales del siglo XVIII, pero quedó hundido tras la Guerra de la Independencia y no se restableció hasta el siglo XIX.