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Campus universitario de Zaragoza |
Científicos pertenecientes al grupo Murero, que viene investigando sobre la vida animal primitiva y sobre la Explosión del Cámbrico en diversos yacimientos españoles bajo la dirección de Eladio Liñán, catedrático del Área y Museo Paleontológico de la Universidad de Zaragoza, han extraído de los estratos rocosos que conforman la Sierra de Córdoba un artrópodo primitivo que hasta ahora era desconocido para los científicos.
El descubrimiento ha sido publicado en la revista americana Micropaleontology por investigadores de las Universidades de Valencia, Zaragoza y Greifswald en Alemania.
El nuevo fósil que corresponde a un género nuevo, ha sido definido como Cordubiella por encontrarse en un yacimiento ubicado en la propia ciudad de Córdoba, al pie de la Sierra Morena. Pertenece a un grupo fósil poco frecuente que vivió al comienzo del Paleozoico o Era Primaria y se denomina Bradoriida. A semejanza de otros artrópodos actuales como son los ostrácodos, los ejemplares de este grupo presentan dos diminutas valvas (aunque de composición fosfática) que recubrían el cuerpo de estos animales marinos primitivos.
Dado que estos organismos son escasos en los yacimientos cámbricos, la investigación requirió sucesivos muestreos que se prolongaron durante diez años a fin de prospectar un número suficiente de ejemplares (21) que permitiera abordar con garantías el estudio paleobiológico definitivo. El material recogido apunta a la posible existencia, hace 530 millones de años, de un dimorfismo sexual en Cordubiella pedrochensis (como se ha bautizado científicamente a la especie) puesto que entre la asociación fósil recogida se encuentran dos morfologías distintas que parece pudieran corresponderse a machos y hembras.
El yacimiento del Arroyo de Pedroche, de donde proceden los nuevos fósiles hallados, tiene un reconocido prestigio internacional y ha sido visitado durante diversos congresos internacionales por numerosos investigadores, siendo punto de referencia obligada para la correlacion intercontinental de las rocas del Periodo Cámbrico de Europa con las regiones de la Antártida, Siberia y Norte de África, así como para desentrañar la posición de las placas continentales y mares cámbricos. También viene siendo utilizado por profesores y alumnos de diversas universidades españolas, como enclave didáctico de primera magnitud en las prácticas de geología regional para diferentes carreras.
Se trata, sin duda, del más importante yacimiento del Cámbrico de Andalucía por su excepcional riqueza en diversos grupos paleontológicos, su gran antigüedad y el alto número de especies presentes. Su descubrimiento a principios del siglo xx se debió al insigne geólogo e ingeniero de minas cordobés D. Antonio Carbonell. Este enclave natural se encuentra en la actualidad protegido por el Ayuntamiento de Córdoba desde los años noventa, pero las nuevas urbanizaciones que lo rodean, un vertedero próximo y la carretera nacional Córdoba-Badajoz que lo limita con nuevos desmontes, hacen que sea urgente reforzar su protección y estar atentos para evitar que cualquier solapamiento interadministrativo o error humano impredecible puedan afectarlo de manera irreparable.
Los nuevos hallazgos vienen a dar un impulso necesario a las investigaciones sobre el modelo y las causas de la explosión cámbrica de biodiversidad animal que se vienen realizando en el yacimiento zaragozano de Murero, el otro yacimento donde también se encuentra este tipo de fósiles excepcionales, y que es conocido internacionalmente como “la capilla sixtina de los trilobites” por la excepcional fosilización, enorme abundancia de especímenes y el alto número de especies encontradas de estos conocidos artrópodos primitivos extintos que poblaron los mares paleozoicos durante trescientos millones de años, antes de extinguirse.