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Dependienta de un centro comercial zaragozano |
La mitad de la población aragonesa está formada por mujeres, un 7,7 por ciento más del total que hace una década. Este sector disfruta de una larga esperanza de vida de 83,74 años, pero sufre la discriminación laboral: las mujeres cobran un 26% menos que los hombres en nuestra Comunidad Autónoma. Son cifras recogidas en la publicación “Datos Básicos de las Mujeres en Aragón”, presentado este jueves.
Las aragonesas cobran 7.155 euros menos de salario bruto medio anual que los hombres de la comunidad autónoma y además, sus contratos laborales son más inestables. También la tasa de actividad femenina es menor y muchas más mujeres que hombres solicitan la jornada reducida por cuestiones familiares. Para la directora del Instituto de la Mujer, Rosa Borraz, los datos sobre discriminación salarial son consecuencia de que las mujeres ocupen puestos laborales de menor rango. La solución está, para Borraz, en la Ley de Igualdad.
Según una encuesta del INE, Aragón es la segunda comunidad autónoma de España en la que la discriminación salarial entre sexos es mayor. Según Rosa Borraz, estos datos no son consecuencia de la discriminación directa, porque consideran la masa salarial, sino de “inercias en la cultura empresarial” que es necesario combatir.
Aunque el número de mujeres que estudian en la enseñanza no obligatoria es superior al de los hombres, este sector sólo supone el 15% de los catedráticos y el 39,4% de los profesores titulares de la Universidad.
Las mujeres aragonesas invierten en las tareas del hogar el doble de horas que sus compañeros.
4 Comentarios. Dejar nuevo
El comentario de Rosa Borraz es completamente distorsionador de la realidad y da a entender que las mujeres son dicriminadas en la Universidad por su sexo a pesar de estar mejor preparadas lo cual es una completa falsedad.
Es totalmente falso por ejemplo que de cara a una oposición se valoren más los mismos méritos a un hombre que a una mujer. Si hay más catedráticos que catedráticas es por varios motivos, pero sobre todo porque cuando eran estudiantes había muchos más hombres que mujeres. También porque una vez acabada la carrera son menos mujeres las que optan por incorporarse profesionalmente a la Universidad. Mucho más importante que en número de estudiantes sería el número relativo de mujeres frente a hombres que deciden hacer el doctorado, pues en la mayoría de los centros universitarios es imprescindible para optar a profesor, además de un año fuera de la propia Universidad.