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Los oftalmólogos explicando su evacuación a los medios |
Ya están en casa y con sus familias los tres oftalmólogos aragoneses que se encontraban en Chad, cuya capital se encuentra asediada por tropas rebeldes, que atacaron la ciudad en un golpe de estado para derrocar al Gobierno. Estos tres médicos se encontraban cooperando con la ONG aragonesa IluminÁfrica en una zona del sur del país.
Los tres aragoneses partieron hacia el Chad el pasado domingo, 27 de enero, y llegaron el domingo 10 de febrero a Zaragoza. Tras un largo viaje que les llevo desde Chad a Camerún, Arturo Rodríguez Marco, Juan Ibáñez Alperte y Ángel Domínguez Polo ya se encuentran en sus casas, sanos y salvos.
Los tres son oftalmólogos del hospital Clínico y miembros de la Fundación IluminÁfrica y llegaron al país un día antes de que estallara el conflicto. La lucha estaba lejos de donde se encontraban trabajando, y recibían la información sobre los combates vía internet o gracias a varias religiosos que se encontraban en la zona, y les comunicaban las noticias que llegaban.
Según Ángel estuvieron fuera de un riesgo real, el medico afirmaba que no tenian “sensación de peligro mientras trabajábamos”, y que lo que realmente les resultó arriesgado fue ”el viaje de salida” del país.
Juan aclaraba la situación de calma que mantenían sus colaboradores, ya que “llevan en guerra con un conflicto interno 35 años, para ellos es normal”. El oftalmólogo recordaba como el obispo les tranquilizaba diciéndoles que “esto durará dos días”, pero el conflicto se agravaba, y se decidió evacuarlos para protegerlos.
Ante la imposibilidad de despegar desde el aeropuerto de la capital, los médicos fueron trasladados hasta Camerún, lo que supuso la verdadera odisea. Tuvieron que cruzar un río en una piragua hecha con un tronco, pasaron diez horas en un todo terreno, “en Europa no era una distancia grande, unos 400 kilómetros” afirmaba Juan, pero el estado la carretera impedía mayor velocidad. En los puestos de vigilancia policial fue donde pasaron las peores situaciones, “era el conductor que era chadiano el que de alguna manera tramitaba los sobornos” que necesitaron para poder circular. Una vez cruzada la frontera en Camerún el cónsul honorario español los recogió y tras varios transbordos el domingo llegaron a Zaragoza.
Los médicos agradecen a todos aquellos que les han ayudado en esta situación amenazante, especialmente con el cónsul que facilitó su salida al llegar tarde al avión que les tenía que desplazar fuera ya de Camerún.
A pesar de todo, los tres afirman que la experiencia ha merecido la pena. Afirman que están orgullosos, y muestran su satisfacción por haber realizado más de cien operaciones y 300 consultas y ayudar a recuperar la vista a muchos que no tenían medios para lograrlo en su país.