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Centro de Interpretación de Agricultura y Regadío |
El Centro de Interpretación de la Agricultura y el Regadío (CIAR) ha recibido la visita de más de 23.000 personas desde que abrió sus puertas el 30 de marzo de 2008. Impulsado por el Departamento de Agricultura y Alimentación, el centro se puso en marcha con una clara orientación hacia los escolares y los estudiantes de especialidades agrarias y con la vocación de convertirse en referente en la educación agroambiental y la puesta en conocimiento de los valores naturales y tecnológicos del mundo rural. Algo que se ha conseguido, como reflejan las más de mil visitas mensuales que recibe
El centro –que gestiona la empresa pública SIRASA- se ubica en una parcela de 3.900 metros cuadrados en el complejo urbano de La Alfranca, rodeado de un espacio rural y se divide en dos zonas. Por un lado, el Museo del Regadío, espacio que ofrece información sobre la incidencia de los sistemas de riego en la agricultura y su evolución a lo largo del tiempo. Cuenta con juegos interactivos sobre dosificaciones de riego, un panel de fauna y flora esteparia, una proyección de paisajes naturales y una noria gigante recoge el agua de una acequia y la transporta a lo largo de toda la sala por una canalización. También se muestran máquinas, piezas y maquetas relacionadas con el agua.
Y, por otro lado, el Museo de la Agricultura y de la maquinaria agrícola. Este espacio hace hincapié en el nacimiento y la evolución de la agricultura, con especial incidencia en los logros de la mecanización, promoción y comercialización agroalimentaria. La exposición se estructura en cuatro salas, con herramientas, reconstrucciones, maquetas y recreaciones sobre la historia de la agricultura. Recientemente, se ha incorporado un juego multimedia, cuya temática es la agricultura y el regadío.
A esto se suman las diferentes iniciativas que se desarrollan en el centro, con las que se ha buscado dinamizar las actividades educativas que se llevan a cabo en el CIAR. Es el caso de los talleres que organizan los domingos y en los que más de 400 niños han aprendido desde actividades en el huerto (como plantar, cultivar y regar), hasta preparar platos en la cocina con productos aragoneses. Asimismo, el centro acoge estos días unas colonias urbanas, para niños entre 6 y 12 años, centradas en la biodiversidad.
Con este centro se pretende dignificar la figura del agricultor; destacar la importancia de la agricultura a nivel social y económico; mostrar la tradición y la historia de la agricultura de regadío; resaltar la singularidad de los sistemas de riego en Aragón; y mostrar la contribución de la maquinaria agrícola a la mejora de la calidad de vida de los agricultores.