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Visión de Duce de un paisaje primaveral | JOSÉ ANTONIO DUCE |
Aragón no es tierra de un único color. Y menos, en primavera, cuando las flores y las primeras siembras llenan de vivos esmaltes los campos de nuestra Comunidad. Dependiendo de la zona que visitemos, primará un tono u otro.
En el Pirineo, el blanco dará paso al verde. El deshielo acabará con la nieve que cubre las praderas y las primeras florecillas crearan un manto de color. Los animales saldrán de sus madrigueras para la foto final.
En la llanura del valle del Ebro, el amarillo de los campos de cereales simula la arena de un inmenso desierto. Las amapolas son las encargadas de romper la uniformidad del paisaje. También ponen su punto de color los frutales en flor.
En Teruel, el rojo de sus tierras arcillosas tintan buena parte de la Provincia. El negro, de las tierras mineras, es otro de los colores que predomina en el paisaje turolense. Este año, y gracias a las lluvias, el verde aflora por todos los rincones.
Y no me puedo olvidar del azul de los ríos, riachuelos y acequias que recorren de norte a sur nuestra Comunidad.