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El principal objetivo del plan es reducir la siniestralidad en las carreteras españolas. La velocidad aparece como factor determinante en al menos el 27% de los accidentes mortales. Con el incremento de rádares fijos, las carreteras aragonesas tendrán un total de 36.
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha informado este martes del dispositivo previsto por la Dirección General de Tráfico para la operación especial de salida del 1 de agosto. En el operativo se incluyen 190 radares fijos más en las carreteras españolas durante este verano para el control y vigilancia de la velocidad. En el ámbito estatal, se han ultimado 190 instalaciones de cabinas-radar por las que se irán rotando los 82 equipos de medición. De estas instalaciones, 130 están situadas en carreteras convencionales, 56 en autovías y 4 en autopistas.
La entrada en servicio de nuevos puntos fijos de control de velocidad se realiza una vez que el Centro Español de Metrología emite el certificado de homologación y verificación de funcionamiento de cada uno de los equipos.
Esta serie de radares constituyen la tercera fase del plan de instalación llevada a cabo durante el pasado año, cuya característica principal radica en que la mayoría de los puntos fijos de control de velocidad están ubicados en carreteras convencionales, vías donde la siniestralidad es mayor. El objetivo es reducir los grandes excesos de velocidad, la velocidad media de circulación en carretera y con ello el número de accidentes y víctimas.
En el 2005 la velocidad media fue de 116,7 km/h, mientras que en 2007 dicha velocidad media fue de 113,8 km/h, es decir, un descenso del 3 km/h desde la puesta en marcha del plan de radares. Asimismo, descienden los grandes excesos de velocidad; el porcentaje de vehículos detectados por los radares en autovías que superaban los 140km/h ha pasado del 7% en el 2005 al 1% en el 2008.