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| El ferrocarril aragonés hace 55 años | JOSÉ ANTONIO DUCE |
Estamos en un momento de continuos avances en infraestructuras, en el que Zaragoza ha soterrado sus vías férreas, y es parada de uno de los trenes más rápidos del mundo, el AVE. Pero el magnífico fotógrafo José Antonio Duce nos ofrece, en su serie sobre la Zaragoza de hace unas décadas, una imagen de 1957 que nos trae el recuerdo de los antiguos trenes de vapor saliendo de la estación de Campo Sepulcro, donde posteriormente se construiría la de El Portillo.
El tren de vapor que puede observarse en la fotografía circula por encima de la avenida de Madrid. En la parte inferior, un paso subterráneo –aunque curiosamente se conocía como “paso a nivel”- permitía el tránsito de los peatones, el tranvía y los coches hasta el barrio de las Delicias. La locomotora deja atrás la estación de Campo Sepulcro, conocida también como estación de Madrid, porque de ella salían los trenes que se dirigían a la capital española.
La estación fue construida en 1864, un momento en alza para este medio de transporte en España, por la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA). La construcción del puente de la Almozara permitió conectar el edificio con la margen izquierda del Ebro y la estación del Norte, lo que hizo posible la unión, a través de la capital aragonesa, de las líneas Madrid-Barcelona y Barcelona-Alsasua.
Esta fotografía, además, enseña el cambio radical que ha sufrido esta parte de la ciudad en los últimos 55 años. Los viandantes dejaron de utilizar el antiguo paso subterráneo para cruzar las vías del ferrocarril sin peligro a través de una estructura elevada sobre ellas construida a comienzos de los 90 y conocida como el mecano azul. Esta pieza fue tan criticada como alabada, por su particular diseño. Finalmente, fue retirada en 2001 con motivo del soterramiento de las vías, la construcción de la estación intermodal de Delicias y la transformación urbanística de la zona. Por donde discurría el tren de vapor hace medio siglo, ahora se levanta la denominada rotonda de la Ciudadanía, que contiene un pequeño tramo de traviesas y raíles en recuerdo de los innumerables ferrocarriles que atravesaron ese punto de la ciudad.
