![]() | |
Viñeta de Arrenz |
Comienza septiembre… ¡Oh, no! Las vacaciones de verano llegan a su fin y tú no te has dado ni cuenta hasta ahora. Comienzas a sentir síntomas de tristeza, nostalgia… ¿depresión post vacacional?
Un año más este ha vuelto a ser el verano de tu vida. Has viajado, has conocido lugares nuevos, has vuelto a los sitios donde llevas veraneando desde tu infancia y te has reencontrado con amistades que hacía un año que no veías. Seguro que has lucido modelitos veraniegos, te has puesto moreno y, ¿por qué no? has conocido a alguien que ha marcado un hueco en tu corazón. Pero el mes de agosto se ha acabado y hay que volver a hacer la maleta, y empezar a mentalizarse de que la vuelta a la rutina está cada vez más cerca.
Para empezar, hay que replantearse la situación: ¿qué hay de malo en volver a hacer lo de siempre? Es cierto que nadie coge con muchas ganas los estudios en agosto, que los exámenes de septiembre no te animan a empezar el curso y que los madrugones no son la mejor manera de tener una visión optimista de todo esto. Es difícil cambiar a tu mejor amigo por tu jefe y habrá algún compañero de trabajo al que no aguantes. Pero hay que buscarle cosas buenas a la rutina, o, al menos, saber cómo afrontarla de la mejor manera posible.
Hay quienes aconsejan empezar una semana antes a acostumbrarse al horario laboral. Tampoco hablo de levantarse a las siete de la mañana, pero sí a eso de las nueve o diez para que te cunda más el día y vuelvas a retomar los horarios de siempre. Hacer deporte, leer más, escribir, ver películas en otro idioma… pueden ser métodos útiles para conectar un poco con el trabajo o los estudios. Seguir manteniendo el contacto con tus amigos de fuera pero quedar con tus compañeros de trabajo también es aconsejable para no tener el encontronazo el primer día después de tanto tiempo. ¿Por qué no organizar una comida o cena pre – laboral o universitaria?
Seguro que este verano has descansado, pero si quieres empezar de nuevo relajado y con ganas, estas semanas antes de comenzar tómatelas con más calma. Puedes seguir saliendo, pero con un cierto límite: los grandes festivales y las fiestas hasta el medio día han quedado atrás. Empieza a acostumbrarte a las noches de tu ciudad.
Pero si prefieres aprovechar al máximo lo que queda de vacaciones, septiembre no es un mal mes para hacerlo. En estas fechas hay menos turistas en las zonas de vacaciones y los precios bajan bastante. Puedes organizar un último viaje con la familia o amigos y aprovechar para visitar algún museo, monumento, descansar a la orilla del mar o en la montaña y también salir de fiesta.
Si después de un tiempo no te acostumbras a tu estilo de vida, estás deprimido y lloras cada vez que suena el despertador, lo que recomiendan los expertos es acudir a un psicólogo. Pero no vamos a llegar a tal punto, ¿no?