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Imagen del estadio con el césped anterior |
El Real Zaragoza ya ha mostrado públicamente la marcha de las obras para la renovación integral del césped de La Romareda. La hierba está totalmente reimplantada a falta del marcaje de las líneas del campo, trabajo al que se va a proceder de forma inmediata.
El Real Zaragoza ha procedido a la renovación integral del césped de La Romareda que estará a punto para disputar el encuentro frente al Villarreal del próximo domingo 28 de octubre.
El miércoles 17 empezaron a llegar a Zaragoza los camiones que transportaron el nuevo césped de nuestro campo. Un total de 23 vehículos trasladaron los 9.000 metros de tepes del centro de producción Royalverd-Sitoflor de Burdeos hasta Zaragoza.
La composición del nuevo césped, tipo mediterránea, es en base a Lolium perenne y Poa pratensis, cuyas principales características son la posibilidad de siega muy baja y alta resistencia al pisoteo.
Personal técnico de Royalverd se ha encargado desde la noche del miércoles 17 hasta el miércoles 24 de colocar cada una de las piezas para que el terreno de juego del Real Zaragoza quede en perfectas condiciones.
PROCESO DE RENOVACIÓN
La renovación del césped de La Romareda empezó el día 15 de octubre. Una máquina especializada retiró 500 toneladas de hierba y tierra del terreno de juego. Luego se incorporaron productos de mejora de la estructura del terreno: diatomeas calcinadas para airear la capa de enraizamiento además de nutrientes que aseguran el mejor y más rápido enraizamiento del césped.
A continuación, se niveló el estadio con un sistema láser que permite dar al campo el nivel de planimetría perfecto para recibir la hierba. Antes de colocar las primeras piezas del césped se volvieron a aplicar fertilizantes.
La renovación del césped de La Romareda finalizó el jueves 25 de octubre. El viernes se dedicó al marcaje del terreno de juego y el sábado 27 el Real Zaragoza realizará el primer entrenamiento sobre la nueva superficie.
4 Comentarios. Dejar nuevo
A ver si con el césped nuevo hacen algo, que no nos comemos ni un colín!