![]() | |
Diego Milito |
El equipo maño logró sus goles con facilidad aunque sus fallos en defensa y su falta de concentración durante los últimos minutos le hizo encajar dos goles.
El Real Zaragoza demostró ayer ante el Pontevedra que todavía queda mucho trabajo por hacer si quiere conseguir el ansiado ascenso. No encontró rival ante el equipo gallego que milita en Segunda B y que puso más ganas que calidad. Aún así, encajaron dos goles en los últimos minutos de partido que hicieron sufrir a los de Marcelino.
Durante los primeros minutos de juego el Zaragoza parecía desconectado del partido tanto que un tiro de Yuri que casi mete Ayala en propia puerta fue lo que les hizo meterse en el partido. A partir de este momento, buen juego, mucho orden táctico y puntería. Primero la de Oliveira, que marcó por primera vez en esta pretemporada, con un gol de vaselina ante una salida de Sainzar. Después, Diego Milito, como ya hiciera en Teruel, desbordó con facilidad a los defensores pontevedreses.
En la segunda parte llegó el tercer gol con una buena jugada de Ewerthon que culminó Ripa tras fallar el remate Sergio García. Fue entonces cuando conocimos el juego del nuevo fichaje maño, Pablo de Barros, que dejó un par de buenas jugadas. A partir de ahí, el Real Zaragoza se rompió, se fue del partido antes de que terminase y encajó dos goles tontos que pusieron en peligro el triunfo final en Villalba.