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La Selección con la copa |
España entera está este lunes de resaca futbolística. Todo el mundo salió a la calle para festejar que somos campeones del mundo y esta tarde volverán a hacerlo para recibir a los campeones.
El avión de Iberia que ha traído a España a los campeones del Mundial de Fútbol de Sudáfrica se ha retrasado y no ha llegado al aeropuerto de Barajas hasta las 15 horas. El vuelo había salido de Johannesburgo con más de tres horas de retraso sobre el horario previsto por la fiesta que montaron los jugadores al término del encuentro.
A pesar del retraso, el programa posterior no ha cambiado. A las cinco han sido recibidos por el Rey Juan Carlos en el Palacio de la Zarzuela y posteriormente serán recibidos por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Tras su paso por Moncloa la roja saldrá a la calle para recorrer en un autobús descapotable las calles de Madrid donde seguirán disfrutando de la celebración. Desde anoche se han sucedido gritos de ánimo y apoyo para la selección desde todos los sectores de la sociedad, desde el deporte a la política pasando por el mundo del arte.
Todo ello es posible gracias a que este domingo la selección española conseguía, gracias a un gol de Andrés Iniesta en el minuto 116, proclamarse campeona del mundo. El autor del gol destacaba que este triunfo es fruto del “trabajo de muchos años” y ahora toca celebrarlo en las calles de Madrid
Beneficios económicos del título
Algunos economistas han apuntado que podría incrementarse el IPC del país vencedor hasta un 0,7%. Sin embargo, otros han considerado que el fútbol no es capa de resolver los problemas económicos, aunque sí los de autoestima. De cualquier modo, hosteleros y comerciantes de Zaragoza han notado en aumento de consumo.
Tras la victoria española, el ritmo de la vida económica del país parece ser el mismo. La gente ha estado puntual en sus trabajos y el fútbol no ha sido capaz de solventar la crisis económica. Pero sí ha influido puntualmente en determinados sectores. Bares, restaurantes, tiendas han sido algunos de los afortunados en notar el aumento del consumo en estos últimos días. Aunque todo parece indicar que se trata, más que nada, de un impacto emocional y de entusiasmo que rentabilidad económica.
A expensas de las repercusiones económicas, a la gente le queda el sabor a triunfo en los bolsillos y las carteras un poco más llenas de optimismo.