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Todo se alió la noche del jueves en el Festival de los Castillos de Valderrobres para hacer del concierto de Rosana un acontecimiento muy especial e irrepetible. Una espléndida noche, un escenario singular –el patio del fantástico castillo gótico-, un público llegado de múltiples lugares y entregado a la cantante y hasta una luna casi llena.
A estos ingredientes se sumó la entrega, el cariño, la fuerza y el calor que en todo momento puso Rosana, quien progresivamente fue levantando a los 850 espectadores –no cabían más- de sus asientos. Su gira de “Conciertos de la Luna Llena” celebra los 10 años de andadura artística. Y Rosana repasó durante dos horas y media, con dos largos bises incluidos, esos temas que la han hecho famosa: “Sonríe”, “Siempre de frente” o “Lunas rotas”, el título del primer disco que ha marcado el décimo aniversario. Estrenó además una nueva canción y se despidió interpretando por segunda vez “Soñaré”, de su último trabajo “Magia”.
Pero la apoteosis llegó con el primer bis, en el que Rosana encadena temas míticos como “Si tú no estás”, que comienza interpretando sólo con su guitarra, o “A fuego lento”. Por si había habido poca conexión y entrega mutua, la cantante canaria se baja en ese momento del escenario y provoca el delirio introduciéndose por todas las filas hasta llegar a lo más alto de las gradas. No puede haber mayor comunión con la gente.
Entre canción y canción Rosana bromeó con los espectadores, con los músicos, mostró su simpatía, ternura y carisma. Y puso la carne de gallina al recordar los desgraciados incendios que han asolado estos días las Islas Canarias y la comarca aragonesa del Matarraña, de la que es capital Valderrobres.
La puesta en escena y el sonido de su espectáculo son perfectos, con seis músicos y tres voces que resaltan la rotundidad de sus temas, sabiendo oscilar desde el rock más potente hasta ritmos de rumba y bolero. Y la luminotecnia, espectacular, con la colaboración especial de la fachada del castillo donde las proyecciones adquirieron tintes mágicos.
Después de no parar sobre el escenario, Rosana aún sacó tiempo para atender a las decenas de seguidores que esperaron con paciencia su salida para pedirle una dedicatoria o una foto. Hasta en eso demuestra que es una gran artista y un encanto de mujer.