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Como si de una función de Broadway se tratara, los camerinos se llenan de gente y de tensión, de ilusión y de nervios. Pero no menos nervios que tras el escenario, donde los de los videos, pantallas, proyectores, cámaras y cables se pegan gritos y corren de arriba abajo. Porque esto es tan pasarela como teatro.
Y no es raro que sea así. Entre las y los diseñadores y las modelos amateurs también están jóvenes artistas variopintos de la ciudad del cierzo. Gentes que se abren camino en el mundo del espectáculo, en el mejor de los sentidos.
Y los palcos se llenan hasta la bandera y baja la luz, y suena la música. Y entre bambalinas se dicen unos a otros “¡mucha mierda!”. Se iluminan las pantallas y salen a la pasarela altos, bajos, gordos, flacos, chicos y chicas. Estilos formales, callejeros, casuales, góticos, flamencos e inclasificables. Una explosión de creatividad durante la hora y media que dura el desfile en este Modalena 08 que terminará inundado de aplausos y de satisfacción por un trabajo bien hecho. Y los que hacía una hora casi se cogían del cuello porque no encontraban un DVD que lanzar ahora se dan la mano dándose la enhorabuena.
¡Ah, el espectáculo!