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Un momento de Malajes |
En su línea vanguardista y transgresora, la compañía “La sonrisa de Caín”, ha puesto en escena uno de sus montajes de mayor impacto cuyo peso recae enteramente en el aspecto visual. La obra llega este viernes al teatro de la Estación.
La energía que ofrece la creadora y directora del montaje, la valenciana Cristina Andreu, llega al público acompañada de una esquemática música que consigue transmitir más que contar y conmover más que narrar.
Cuatro personajes (La Muda, Venarrota, Sinhígado y Atascao) se encuentran en la antesala de la muerte. Recién llegados a este espacio transitorio se sienten desorientados, aunque pronto descubren que volver a la cotidianeidad o cerrar la puerta tras de sí depende de ellos. No hay nada que les ate a su pasado, pero saben que han llegado a ser lo que son gracias a lo vivido.
Nadie habla de culpas; nadie quiere redimirse, nadie necesita ser perdonado. Eso sí, todos son vulnerables y necesitan sentirse cercanos. Un viaje sin alguien de quien despedirse no es un viaje, es una huída. Y no merece la pena huir cuando se puede vivir o morir como malajes. Ser malajes carece de sentido en soledad, no admite imposturas ni diferencias; se es o no se es. Únicamente hay una manera de no ser malajes, pero es tan drástica que sólo admite una ida sin retorno.
Cristina Andreu funda La Sonrisa de Caín en 1995. Este hecho nace como respuesta a la necesidad de crear un núcleo de trabajo continuo, capaz de reunir a profesionales con inquietudes artísticas comunes. Comparten el interés por construir nuevas formas, generar códigos propios de movimiento, investigar lenguajes que parten de las necesidades expresivas, abrir espacios a nuevos valores estéticos…en una búsqueda constante que persigue la conexión máxima entre el fondo y la forma.
Con una actividad incesante desde 1995, la compañía ha generado un amplio repertorio de obras que han estado presentes en destacadas programaciones nacionales e internacionales.