Nadie está a salvo…..

Artilugios de todas las clases

Las despedidas de solter@ se han convertido en los últimos años en un gran show callejero. Es como el día de carnaval, pero fuera de temporada. La gente se adorna con los artilugios más extravagantes, feos y obscenos para lo que, sin duda, será la noche o el fin de semana en el que la futura esposa o esposo (según el caso) hará el ridículo más espantoso de su vida. Bueno, los futuros y todo su séquito porque eso es lo que yo no he podido entender jamás. Los que se casan va disfrazados, pero…. ¿todos los demás también?

Pendientes con forma de.., collares con forma de…, diademas con forma de…. y así un sinfín de accesorios. Todos ellos, acompañados de un disfraz “hiper-cutre”, hecho para salir del paso. Por más que lo pienso no me entra la cabeza. Lo que realmente da pereza de organizar una boda no son las invitaciones, elegir el vestido perfecto o cuadrar las mesas. Lo que realmente da pereza es el temido día en el que alguien te llama y te dice que te vas de fin de semana y que tienes que meter en la maleta un bañador, unas orejeras, una bufanda, un vestido playero.. y así un sinfín de incongruencias gracias a las cuales te vas haciendo una pequeña idea del suplicio que te espera.

Un suplicio, por el que, según como actúes, serás recordado por los siglos de los siglos. Sin mencionar que las fotos más comprometidas del momento rondarán por todas las redes sociales hasta que seas más conocido que Barack Obama o la Reina de Inglaterra.

En fin, que si ya te has casado revivirás con este texto esos gratos momentos previos a la “unión parejil” y si todavía no has pasado por la Vicaría, pero estás a las puertas, ¡coge aire que te espera una buena!