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Caminando por la estación de Delicias, la antigua estación de Agreda parece un recuerdo lejano. Es una de las cosas en las que se puede constatar nítidamente que hemos progresado algo.
Recuerdo estar sentado en aquellos asientos de plástico naranjas de aquella estación, que bien pudiera haber sido de Pakistán de haber habido por allí algun pasajero con gallinas, y observar como se me acercaba una señora de porte y aspecto de vivir en una metrópolis y preguntarme:
-Disculpa ¿donde están los paneles que informan de las llegadas y salidas?
A lo cual la miro, divertido a la vez que comprensivo, y le espeto:
-Es que aquí no hay de eso, señora.
-¿Como? ¿Y como se cuando y de donde sale mi autobús?
-Pues tal vez lo anuncien por megafonía o tal vez no. Lo mejor es que salga a preguntarle a alguien.
La mujer no sabía si le estaba tomando el pelo. Lo comprendo. Y es que, aunque la estación de autobuses de Delicias tenga sus fallos y cosas muy mejorables, lo cierto es que hemos mejorado algo respecto a lo anterior.
Otra cosica es.
1 Comentario. Dejar nuevo
Lo de la estación de Ágreda no tenía nombre. Siempre que hablabas con alguien que había estado en Zaragoza y había venido en autobús te hablaba de esa estación asquerosa. Era de juzgado de guardia.
La nueva estación es otra cosa o como dices «otra cosica».