¿Quién dijo miedo?

Expo Zaragoza 2008

Hartita estoy de oir que estamos en crisis, que no nos llega el dinero para nada, que hay que ayudar a las pymes, del malestar que sufre la construcción y de todas esas frases de políticos en las que o nos hunden en la miseria o nos hacen levantar el vuelo (todo depende del partido que las diga).

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Y es que mi bolsillo no nota la dichosa crisis, pero no porque mi economía vaya viento en popa toda vela, no, no; sino porque estoy tan “jodida” (y perdón por la expresión) que antes de que todo el mundo se llevase las manos a la cabeza.

Los colectivos se concentran y manifiestan porque aspiran a ser algo más que mileuristas. Yo ni siquiera lo soy. Y soy capaz de vivir y sobrevivir, con el cinturón bien apretado durante todo el mes, pero lo consigo. El caso es que yo, mire hacia donde mire, no veo la dichosa crisis. Mi bolsillo sigue estando igual de vacío, las tiendas, terrazas, pubs, playas… y no digamos la Expo, siguen estando a rebosar. Entonces, ¿dónde está la crisis?

Estamos a primeros de mes y Zaragoza vuelve a ser un hervidero. Atascos a todas horas y muchísima gente por la calle, todo ¿por qué? Muy sencillo: porque en agosto la gente tiene vacaciones y se va de la ciudad. Con dinero o sin dinero (como la canción) pero se van. Intentas tomar algo en un terraza y cuesta dios y ayuda encontrar una mesa vacía, porque cuesta mucho estar en casa (ahora que todavía hace calor) y una cervecita con la fresca sienta de maravilla. ¿A quién le duelen tres eurillos?

Ayer por la noche tuvimos que esperar 30 minutos (de reloj, se lo prometo) para poder comer en la Expo un triste bocadillo de frankfurt (a 3,30 euros, por cierto) y eso que el chiringuito era el sitio más barato y con menos colas. Entonces, ¿quién vive en crisis? ¿Será un fantasma? ¿Una ilusión? ¿Un mal sueño? ¿O será que hay sectores que se llenaban los bolsillos sin reparo ninguno y ahora que ya no lo hacen ponen el grito en el cielo?

Pero es que las constructoras parece que no se dan cuenta de que la gente que se puede comprar casa o piso ya los tiene, algunos incluso varios, y los que no podemos, porque ni siquiera somos mileuristas, ni pudimos acceder a uno, ni podemos, ni podremos en mucho tiempo. Así que yo creo, que este mal bache solo lo sienten unos pocos porque, al igual que un recurso natural es agotable, el mercado también lo es.