Sobre la Santa sin tetas

Tetas de la bombonería Oro, en el Coso

Este jueves, las españolas celebramos Santa Águeda, patrona de las mujeres. Las marujas de todo el país pedirán permiso a sus respectivos maridos para llegar tarde a cenar, la liarán parda por las calles, acosando sexualmente a los pobres desgraciados que se crucen con ellas, y pagarán por ver cómo se desnudan y se contonean los efebos hormonados de los Boys. En algunos municipios, se nombrará alcaldesa honoraria a una vecina, eso sí, por un día… Ante semejante panorama, me invade uno de los peores sentimientos que existen: la vergüenza ajena.

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Por lo visto, eso entiende la española por “liberación”. Así celebra su condición de mujer. Así agradece a las feministas poder votar, recibir el mismo salario que un hombre, obtener un préstamo usando sólo su nombre o poder denunciar a tu marido si te pega, sin que en la comisaría te acusen de mala esposa o madre… Ofreciendo una imagen lamentable.

Para mí, que me considero una mujer preparada e independiente, que entro y salgo cuando quiero, que consigo que mi chico se desnude GRATIS para mí cuando se me antoja… todos los días son el día de la mujer. Y sólo me dejaré llevar por la inercia social de Santa Águeda disfrutando de una tradicional teta rellena de nata porque, ante tanto machismo, hipocresía y doble moral, a veces una necesita endulzarse la vida.