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Es hora de decir adiós |
Dos individuos asisten asombrados a la función de un mago. Uno de ellos regresa a su casa dándole vueltas a cuál será el truco que explica el prodigio. El otro lo hace paladeando el milagro, sin preguntas. Son el hombre de Ciencia frente al hombre de Fe, dos concepciones del mundo que colisionan, una y otra vez, en “Lost”, personificadas en sus personajes más carismáticos: Jack Shepard y John Locke. También desde estas dos filosofías puede verse el controvertido final de la serie. Muchos reclaman respuestas a los misterios no resueltos. Otros han entendido que no importa tanto la meta como el camino.
No quiero engañaros: el primer sentimiento ante la escena final fue de decepción, quizás debido al madrugón o al mono ciego que sincronizó los subtítulos de la emisión de Cuatro. Después de volver a ver el capítulo y digerirlo, comencé a comprender que las expectativas eran tan altas que cualquier desenlace me hubiese parecido no estar a la altura de las altas cuotas de genialidad que ha mantenido la serie.
No obstante, la opinión ha sido casi unánime: “¡nos han tomado el pelo!”. Personalmente, achaco muchas de las críticas a que los fans, según he podido comprobar leyendo comentarios en foros y redes sociales, no han entendido el final de la serie. Lo cual no deja de ser curioso, teniendo en cuenta la avidez con la que hemos esperado, devorado y analizado cada capítulo y los amplios conocimientos de la Mitología “Lost” que todos hemos ido adquiriendo. No, señores, los losties no estaban muertos ni todo ha sido un sueño de Jack. Quien necesite que le expliquen qué ha pasado en el episodio final, puede pinchar aquí.
Y sí, quedan muchas incógnitas sin resolver. Pero ya lo advirtieron sus creadores: “Cuando la serie se haya acabado, y quizás según nuestros deseos, el público podrá aún retroceder y quedará aún espacio para la interpretación, como en cualquier obra literaria, ya sea de Shakespeare o de Stephen King”. Así ha sido y así, a mi juicio, tenía que ser. Porque la principal virtud de esta serie es haber sabido convertirse en una experiencia participativa, abierta a la interpretación y a la teorización de los fans.
No creo en una VERDAD que explique el enigma de La Isla. Creo en la búsqueda, en la invitación a pensar, en la interpretación, en las pistas falsas, en las premoniciones, en los susurros… en el misterio. No necesito que alguien me diga “La Isla es x”. Por primera vez en mi vida, y gracias a Lost, soy una mujer de Fe.
Sea como fuere, nadie –ni los que arremeten con más dureza contra el final– pone en duda que Lost es una obra de arte televisiva y que supone un antes y un después en la historia de la ficción.
Ahora toca que todos los que hemos recorrido los senderos de La Isla digamos adiós, que dejemos que “Lost” salga de nuestras vidas y, como sus personajes en los últimos minutos de la serie, sigamos adelante. No sé si sabremos.
(Dedicado a mi hermana, por descubrirme la serie y volver a verla conmigo)
8 Comentarios. Dejar nuevo
Yo te mostré el camino y te enseñé todo lo que sabía…ahora eres tú quien lleva el testigo…encuentra a alguien que aun no haya visto Lost…y muestrale la luz…jajaja Quizá sea ese tu destino XD
Jajajaja! Ya he empezado a buscar a mis propios candidatos. Viva Lost!