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Harta de hospital |
Estoy cansada. Los minutos se hacen largos, las horas días y los días son una eternidad. Y es que los hospitales agotan y hacen que el tiempo pierda su temporalidad. El viernes mi abuela se cayó y se rompió la cadera. Desde entonces el dormir se ha acabado, y el descansar, y el ver la tele, y poner la lavadora… ¡y no digamos planchar!
No tengo tiempo, me paso los días del trabajo al hospital y viceversa. Mi casa solo sirve para darse un ducha rápida y dormir (el día que toque). Y lo peor está por llegar.
Ayer la pobre mujer (que hace un año sufrió un ictus severo) empezó a “despistarse”, y es que cuando ya lleva dos días en el hospital no sabe donde está, ni quien eres, ni por qué está allí. Su cabeza funciona a otro nivel, no en el real, y se monta cada película que ni Steven Spielberg en sus buenos momentos.
En la tarde de ayer nos trasladamos años atrás, cuando Franco todavía era quién era, cuando la diferencia de colores podía matarte y cuando una convicción política podía arruinarte la vida. “¡No me toques!- me decía la yaya- Y sácame ahora mismo del cuartel”. A pesar de no movernos del Hospital Clínico Universitario me encontraba inmersa en un capítulo de su vida, uno especialmente desagradable y que le pone de muy mala leche.
Cuando eran jóvenes, mi abuelo materno (rojo hasta la médula) tuvo que exiliarse a Francia para que no lo llevasen preso y mi abuela se quedó sola y teniendo que aguantar los interrogatorios de la Guardia Civil (que por aquel entonces no se parecían en nada a los de ahora).
Así que tuve que jugar con ella a las películas porque claro, la mujer lo ve tan real que o le sigues el juego o le da un ataque de nervios. Y mientras yo me inventaba diálogos y escenas para representárselas, apareció una enfermera (la que le pincha la barriga) que cuando me vio se quedó con mirando con cara de extrañada (debió pensar que yo también necesitaba un ingreso, ¡en psiquiatría!).
Y esto no es nada, porque el neurólogo ha dicho que después de la operación va a sufrir unos días enajenaciones… ¡¿Más?! Que Dios (o quien sea) nos de paciencia.
23 Comentarios. Dejar nuevo
Ánimo Laura! Llegarán tiempos mejores!
Leyendo tu post me he acordado de mi abuela, que nos dejó hace muy poquito. Era muy roja y muy valiente. Tan valiente como tú. Eres la mejor, guapa. Ánimo…
Great story, Denise! Kevin and I love Jamaica and feel the same you do about it. Its our time to relax and just enjoy one another. Love it!
Thiiknng like that shows an expert at work
As Charlie Sheen says, this article is «WN!NIIGN»